Phi es un número representado por
la letra griega con el mismo nombre. Éste es un número irracional, es decir que no puede ser expresado como una fracción, al
igual que Pi, raíz cuadrada de dos, entre otros, y que surge de la serie de
Fibonacci. Phi es un número que aparece como patrón en enorme cantidad
de relaciones de la naturaleza y de la matemática.
PHI en los caracoles y el nautilus
Perseguimos recrear el concepto PHI en
la Economía y en las Finananzas para entender los patrones de
comportamiento de las personas y su relación con las reacciones
económicas y financieras.
Leonardo conocía el número PHI
Concepto PHI enfoca
el estudio y el conocimiento en la investigación y el desarrollo de
técnicas avanzadas aplicadas a la Economía y a las Finanzas, sin perder
de vista que detrás de todo esto está el ser humano.
Un video
Buscamos que nuestro mayor capital sean el conocimiento, las ideas innovativas y la ética profesional.
Steve Jobs en la Universidad de Stanford
Pensar cambia al mundo
Sir Ernest Rutheford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nobel de Química en 1908, contaba la siguiente anécdota:
Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de
poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un
problema de física, pese a que éste afirmaba con rotundidad que su
respuesta era absolutamente acertada. Profesores y estudiantes acordaron
pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo.
Leí la pregunta del examen y decía: Demuestre cómo es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro.
El estudiante había respondido: lleva el barómetro a la terraza del
edificio y átale una cuerda muy larga. Descuélgalo hasta la base del
edificio, marca y mide. La longitud de la cuerda es igual a la longitud
del edificio.
Ernest Rutherford
Realmente, el estudiante había planteado un serio
problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la
pregunta correcta y completamente. Por otro lado, sise le concedía la
máxima puntuación, podría alterar el promedio de su año de estudios,
obtener una nota más alta y así certificar su elevado nivel de física;
pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel.
Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis
minutos para que me respondiera la misma pregunta, pero esta vez con la
advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de
física.
Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había
escrito nada. Le pregunté si deseaba marcharse, pero me contestó que
tenía muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor
de todas. Me excusé por interrumpirle y le rogué que continuara.
En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: toma el
barómetro y lánzalo al suelo desde la terraza del edificio, calcula el
tiempo de caída con un cronómetro. Después se aplica la fórmula altura
igual a 0,5 por A por T2, y así obtenemos la altura del edificio. En
este punto le pregunté a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le
puso la nota más alta.
Tras abandonar el despacho, me
reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras
respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas maneras. Por
ejemplo, tomas el barómetro en un día soleado y mides la altura del
barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la
longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción,
obtendremos también la altura del edificio.
Perfecto, le dije,
¿y de otra manera? Sí, contestó, este es un procedimiento muy básico
para medir un edificio, pero también sirve. En este método, tomas el
barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja.
Según subes las escaleras, vas marcando la altura del barómetro y
cuentas el número de marcas hasta la terraza. Multiplicas al final la
altura del barómetro por el número de marcas que has hecho y ya tienes
la altura. Este es un método muy directo.
Por supuesto, si lo
que quieres es un procedimiento más sofisticado, puede atar el barómetro
a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos que
cuando el barómetro está a la altura de la terraza la gravedad es cero, y
si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al
descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la
perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y
aplicando una sencilla fórmula trigonométrica, podríamos calcular, sin
duda, la altura del edificio.
En este mismo estilo, atas el
barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la terraza a la calle.
Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su período
de presesión. En fin, concluyó, existen muchas otras maneras.
Probablemente, la mejor sea tomar el barómetro y golpear con él la
puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle: señor conserje,
aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura del edificio,
se lo regalo. En este momento de la conversación, le pregunté
si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de
presión marcada por un barómetro marcada en dos lugares distintos nos
proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares). Evidentemente,
dijo que la conocía, pero que durante sus estudios, sus profesores
habían intentado enseñarle a pensar.
Niels Bohr
El estudiante se llamaba
Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de Física en 1922, más conocido
por ser el primero en proponer el modelo de átomo con protones y
neutrones, con los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un
innovador de la teoría cuántica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario